domingo, 16 de octubre de 2016

Almodrote de berenjenas

El otoño es el tiempo de las berenjenas, una hortaliza muy típica de la cocina mediterránea en general, y de la sefardí en particular, y que a mí, por otra parte, me encanta.

Hacía tiempo que quería probar una receta que no había preparado nunca y que tiene una amplia historia a sus espaldas aunque haya caido en el olvido en España, el almodrote de berenjenas, uno de los siete modos que describe la canción sefardí. Esta receta está extendida por todas las comunidades sefardíes del Mediterráneo, desde Marruecos hasta Turquía.

La palabra almodrote, si hacemos caso a Covarrubias, proviene del término moretum, un preparado muy popular en el Imperio Romano, elaborada con hierbas aromáticas, ajo, queso rallado, y aceite de oliva, que eran trabajados con el mortero (del cual tomó a su vez el nombre) hasta ligarlos, creándose con todo ello una salsa fina. 

En sus propias palabras:
«Cierta salsa que se haze de azeite, ajos, queso y otras cosas [...] Díxose moretum del verbo griego moreon [...] porque para majar el Almodrote bien, y mezclar todo lo que lleva, se va despegando y rayendo de las paredes del mortero, y juntándose en el hondo para poderse machacar o majar. En fin el nombre aunque los arábigos le ayan disfraçado con su artículo, es corropido del dicho nombre latino moretum, interponiendo la letra D., modretum, y de allí modrote, y con el artículo al-modrote». 
Tanto si procede del moretum como si no, la receta tiene bien acreditada su antigüedad, ya que forma parte del Llibre de Sent Sovi, libro de cocina medieval escrito en catalán, del que se conservan dos copias manuscritas datadas en 1324, aunque se cree que la recopilación puede ser muy anterior. Para curiosos y curiosas, en el vínculo anterior he enlazado el pdf.

El almodrote aparece también referenciado en la literatura picaresca, en el Lazarillo de Tormes y en La vida y hechos de Estebanillo González, por lo que debió de tratarse de un preparado muy popular

En la cocina castellana suele llevar también huevo, o bien cocido y ligado con los demás ingredientes, o bien crudo (incluso solo la yema) y cuajado posteriormente. Aunque lo podemos encontrar acompañando carnes, en la cocina sefardí esto impensable, pues la mezcla de carne y lácteo no sigue los preceptos kosher. Por tanto, siempre lo haremos acompañar de verdura como la calabaza o en el caso que nos ocupa, la berenjena. Es muy típico servirlo en la fiesta de Pesaj.

De las muchas variantes que he encontrado por aquí y por allí, he preparado la que viene en el libro Mis recetas de cocina sefardí de la autora Mimí Abecasis de Castiel. Es la más sencilla, sin especias y sin ajo y con huevo en crudo, cuajado en el horno y eso sí, mucho queso.

Primero he lavado y cortado por la mitad longitudinalmente dos hermosas berenjenas, y después de practicarles unos cortes en la carne les he puesto un chorrito de aceite y sal, y las he asado al horno a 150º durante una hora.

Mientras tanto he batido tres huevos con 150 grs de queso emmental rallado, sal y un poquito de pimienta. Se puede añadir también ajo asado y majado, y especias al gusto de cada cual.

Una vez asada la berenjena, he vaciado y picado su carne y la he mezclado con la preparación de huevo.


En un recipiente engrasado con aceite, he dispuesto toda la mezcla, le he espolvoreado con más queso, de distinta variedad y lo he puesto a hornear a 150 durante 20 minutos, hasta que el huevo ha cuajado.

La textura final recuerda a la de una quiche, con un olor y un aspecto magnífico. Ahí os dejo una foto. No ha quedado nada de nada, éxito total, así que habrá que repetir y experimentar con las especias. Bon apétit!!!

Finalmente, comentar que en el territorio español, en la isla de La Gomera, sobrevive un preparado en crudo de mojo picón con queso de cabra rallado finamente, pimienta roja y sin huevo, formando una especie de paté para untar, que recibe el nombre de almogrote, y que a todas luces está emparentado con las formas más arcaicas de esta vieja receta castellana.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Otoño Sefardí en Córdoba 2016

Un año más, y ya va la cuarta edición,  se celebra en la ciudad de Córdoba con una eficacia modélica que aúna la iniciativa pública y privada, el imprescindible Otoño Sefardí.

Tras la celebración el pasado 6 de Septiembre de la Jornada Europea de la Cultura Judía, bajo el lema de "Las lenguas del judaísmo", Córdoba se engalana para una celebración más extensa y profunda de su legado sefardí.

Se trata de un (cada año más) completo programa de 70 actividades diferentes que se despliegan desde el 21 de septiembre hasta el 15 de octubre, y en el que tienen cabida conciertos, exposiciones, conferencias, talleres, etc, con una atención preferente en esta edición al tema de las lenguas judías, ya que Sefarad es cuna del Ladino o Judeo-español, y de su variante la Haketía, desarrollada de forma singular, con influencias árabes, en la diáspora sefardí en norte de África.

Para los habitantes de Córdoba, hay interesantes actividades que se desarrollan por las tardes de lunes a viernes, y para los foráneos que sólo puedan acudir en fin de semana, podemos sugerir un plan:

Podríamos empezar por la mañana del domingo con una de las numerosas visitas guiadas (que deben reservarse previamente), y sentarse al mediodía a degustar un menú sefardí en alguno de los excelentes restaurantes y establecimientos hoteleros "con alma judía" de la capital, que se han adherido a la celebración. Por la tarde podemos ir de compras al Zoco situado en la Calle Judíos, adquirir algun objeto de la reputada platería cordobesa, o cuero repujado, y perdernos por las callejuelas laberínticas entorno a la Mezquita de Córdoba. Al atardecer, es muy recomendable pasear junto al Guadalquivir y contemplar la ciudad desde el Puente Romano.

Si disponemos de dos días, y podemos comenzar el itinerario el sábado, la Judería de Córdoba está llena de alojamientos con encanto para pernoctar para todo tipo de bolsillos, desde el Albergue Inturjoven, hasta el exquisito Hotel Casas de la Judería. Visitar la Mezquita se hace en este caso prácticamente imprescindible, y también podríamos, por qué no, darnos un baño árabe en cualquiera de los dos magníficos establecimientos situados en la Judería.

Aquí os dejo un enlace en la imágen al programa de actividades en pdf, en el que se pueden encontrar todos los teléfonos y contactos para planificar una visita inolvidable. Que lo disfrutéis.


http://sefarad.cordoba.es/uploads/images/10025/original/Programa%20Oto%C3%B1o%20Sefardi%202016%20DEFINITIVO.pdf

martes, 13 de septiembre de 2016

Canciones sefardies (XIII): Yo me enamoré de un aire

Hoy es martes y trece, y para conjurar a una mala suerte en la que no creo, toca publicar la entrega numero trece de esta modesta recopilación de canciones sefardíes con una que me gusta especialmente por su sencillez y melancolía. 

La historia habla de un enamoramiento engañoso provocado por el embrujo de la luna, amor que a la luz del dia se torna desengaño, aunque a mi parecer la culpa no la tenga la luna, sino esa obstinación tan humana de proyectar en el otro aquello que andamos buscando… pero eso son cosas mias.

Fue recogida documentalmente en Salónica en el siglo XX por Moshe Attias, estudioso del flolklore sefardi, pero todo hace indicar que tiene un origen anterior a la expulsion de 1492, ya que tiene un paralelismo extraordinario con otras coplas tradicionales conocidas en distintos lugares de la peninsula iberica, incluso en lengua gallega.

Y como extra un apunte literario. El autor italiano Antonio Tabucci, en su obra El tiempo envejece deprisa, incluye un cuento titulado Yo me enamore del aire, en el que esta cancion juega un papel muy importante.

Como en tantos otros casos, al tratarse de una composicion de transmision oral, la letra difiere de unas versiones a otras, y la musica también, existiendo incluso alguna flamenca.

Esta es mi favorita, con la maravillosa voz de la cantante israelí Esther Ofarim. Advierto que es extraordinariamente pegadiza. Si la escuchas dos veces, no te abandonará en todo el dia.

Que la disfruteis:

Yo me enamoré de un aire;
de un aire de una mujer.
De una mujer muy hermoza
linda de mi corazón.

Yo me enamoré de un aire;
linda de mi corazon.
Si otra vez yo me enamoro,
sea de día y con sol.

Yo me enamoré de noche,
y la luna me engañó.
Si esto sera de dia,
yo no atava amor.

Yo me enamoré de noche
linda de mi corazon.
Si otra vez yo me enamoro,
sea de día y con sol.



domingo, 4 de septiembre de 2016

Proyecto Benjamín de Sefarad

En el curso escolar 2014-2015 y promovido por la Red de Juderías de España - Caminos de Sefarad, se puso en marcha el proyecto educativo Benjamín de Sefarad con la finalidad de difundir el conocimiento sobre el patrimonio judío de España entre los escolares.



El proyecto va dirigido a los estudiantes de 2º curso de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria), de entre 13 y 14 años, dentro del marco de la asignatura de Ciencias Sociales, y consiste en la realización y la difusión de materiales educativos, mediante la investigación y el uso de las nuevas tecnologías.

Sus objetivos concretos son:
  1. Poner en valor el patrimonio histórico, artístico, arquitectónico y cultural del legado sefardí en cada uno de los municipios integrados a la red
  2. Promover la utilización de diferentes técnicas de investigación, estudio y exposición de trabajos con base al legado sefardí en cada ciudad participante
  3. Desarrollar encuentros bilaterales con carácter anual entre lo s alumnos que realizan el proyecto educativo en la red 
  4. Utilizar las plataformas digitales para intercambio de trabajos entre los centros involucrados en lo proyecto
  5. Difundir los trabajos realizados por los escolares a través de medios de comunicación
  6. Educar a través del proyecto y el intercambio de experiencias, la sensibilidad, respeto y tolerancia que otorga a los jóvenes el conocimiento otras culturas y formas de vida 
  7. Fomentar entre los jóvenes la curiosidad y el interés para conocer el legado sefardí y la trascendencia del mismo en otras ciudades españolas

Los grupos de alumnos que se unen al proyecto, entre los meses de Septiembre y Febrero, y mediante una metodología de trabajo activa y colaborativa, realizan una investigación del patrimonio cultural judío en cualquiera de sus diferentes manifestaciones: urbanismo, religión, gastronomía, música, ... Como resultado de dicho trabajo, elaboran materiales didácticos en distintos formatos, que van desde presentaciones de diapositivas, vídeos, cuadernos de trabajo o incluso apps. 

Entre Marzo y Abril, presentan estos trabajos a otros centros participantes en el proyecto y a los medios de comunicación locales, produciéndose de esta manera un intercambio y una toma de contacto entre los chavales, y convirtiéndose los propios alumnos en los difusores de su trabajo y embajadores del patrimonio de su localidad.

En la web del proyecto, se encuentran publicados más de 30 trabajos en catalán correspondientes a la primera edición, ya que la idea partió de las ciudades catalanas de Besalú, Castelló d'Empuries y Girona pertenecientes a la Red de Juderías, pero en la siguiente edición se han unido también centros de Lucena, Córdoba, Jaén, Sevilla y Plasencia.

Se ha publicado en youtube un video que recoge imágenes de esta magnífica experiencia:



martes, 30 de agosto de 2016

Moses ibn Ezra

Moses ben Jacob ibn Ezra fue un filósofo, lingüista y poeta judío, nacido en Granada entorno a 1055, durante el mandato del Samuel ibn Nagrella. Considerado como uno de los mejores poetas de Al-Ándalus, su obra influye poderosamente en la literatura posterior, tanto árabe como judía.

Sufre durante su vida dos exilios. El primero le lleva de Granada a Lucena, tras la matanza de judíos del año 1066, donde se convierte en discípulo aventajado de Isaac ibn Gayyat.  A su vuelta a Granada, ocupa cargos de gran relevancia en la administración como el de sahib al-shurta, algo así como jefe de la policía, y entabla una profunda amistad con Yehudah ha-Leví.


Restos de la antigua Alcazaba Cadima en el Albayzin, Granada

La invasión almorávide de la península y la confiscación de todos los bienes de su familia lo empujan a una nueva huída, esta vez hacia el norte cristiano, donde los judíos que huyen del fundamentalismo son muy bien acogidos y valorados. Sin embargo, esta experiencia de desarraigo y el bajo nivel cultural, artístico y social que encuentra en su nueva tierra de acogida marcan toda su obra de una profunda melancolía. Por esta razón es también conocido como el "poeta del lamento". Veamos una ilustración de todo esto en sus propias palabras:
"Después de que los días de la juventud pasaron
como una sombra y los pasos de mis años se han acortado,
me grita el vagabundo: "¡Eh tú, el que vive tranquilo, levanta!"
Y ante su clamor retiñeron mis oidos.
Me levanté con el corazón trémulo y salí
errante, mientras mis hijos imploraban a Dios.
Eran la fuente de mi vida, como podría vivir
sin ellos, faltándome la luz de mis ojos.
El Tiempo me condujo a una tierra
en la que se espantaron mis ideas y pensamientos:
un pueblo de labios balbucientes, de idioma incomprensible,
que al contemplar sus rostros, se abatía el mío"

Muere en 1138 en la judería de Estella (Navarra), sin haber podido regresar a su querida Granada.

La poesía de ibn Ezra

En su juventud, sigue a rajatabla los temas típicos de la poesía árabe: el amor, el vino, los jardines floridos, la amistad... A esta época pertenece el Sefer ha-'Anaq o "Libro del collar" en hebreo, que es una colección de composiciones al estilo tajna, en la que se repite un mismo vocablo con distinto significado en diferentes estrofas. La primero parte de su Diwan también corresponde a este periodo, así como al menos dieciséis moaxajas con jarchas en árabe, romance y hebreo de su autoría:

Unos ojos sin sueño / mi secreto desvelaron
a todos, y aguas torrenciales / vertidas son mi testigo

de la hoguera del amor / en mi osamenta encendida;
ya ni armas encuentro / para vengar mi sangre
de mano del corzo que males causa / a mí y a mi sueño,
pues me pusieron / calumnias en boca de mi amado
contra mí y acabó conmigo, / el día de mi ruina celebrando.

Ciervo es cuyo brillante rostro / sonroja a la luz de la mañana;
las víctimas de sus ojos / muchas son y sin cuento,
su corazón y razones / una jaula de mentiras;
no caminaré ya erguido / pues se quebrantó mi fuerza,
a mi alma destrozó, / al volar de mi cuerpo, la partida.

Lucero que con la luz de su fulgor / Poniente al Oriente iguala;
es sin par, y lleva el nombre / del príncipe entre sus hermanos,
en su poder se asemeja / a él y en sus virtudes,
grato es, de esbelta talla, / racimo de 'En Gedi,
a cambio del cual mi espíritu / pondría en manos de mi amado.

Al ver sus mejillas con / hileras de preciados aromas
de mirra, a causa de lo que esconden / bebo amarga ponzoña;
con el filo de la espada de sus ojos, / mi sangre verter intenta;
tan excelso que si las Pléyades / quieren ser adorno 
suyo, les dirá y rogará: / "postraos a mis plantas".

¿De qué sirve?¿qué consigo / presentando mis súplicas?
¡Sólo que la garganta / se inflame del amargor de mi grito!
Clamo de tanto enojo / sobre mi alma volcado:

"Al hombre agraviado / si el juez lo condena,
¡Ay Dios! ¿tiene alivio / quien tal es su pena?"

Tras su exilio en el norte cristiano, la temática de su poesía cambia drásticamente. Son los años del lamento y la queja por la dureza con la que le ha tratado el destino.

Entre sus poemas sinagogales, de los que se conservan más de doscientos, los más celebrados pertenecen al género de la poesía penitencial. De hecho, ibn Ezra es conocido entre los poetas judíos por el sobrenombre de  ha-Sallah, "escritor de penitencias" a causa de sus selihot, piyyutim destinados a ser recitados en Yamim Noraim y Yom Kippur. . Estos poemas invitan al hombre a mirar en su interior para comprender la vanidad de los placeres humanos y la inevitabilidad del juicio divino.

Otras obras

Sobre filosofía y poética, el Arugat ha-Bosem "Arriate de Aromas", escrito en árabe y dividido en siete capítulos, trata sobre Dios y otras cuestiones. Con una clara inspiración neoplatónica, cita a diversos filósofos, como Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles,... y entre los judíos, a Saadía Gaón y Salomón Ibn Gabirol.

Pero su obra más conocida es el Kitab al Muhadarah wal-Mudhakarah, tratado de retórica y poética escrito como respuesta en ocho capítulos a otras tantas preguntas hechas por un amigo en relación con la poesía hebrea. Muy curioso es el quinto capítulo, en que hace referencia al establecimiento de los judíos en España, situándolo a comienzos del Éxodo, por ser esta la versión que se ha mantenido durante los siglos posteriores, a falta de otra datación histórica más precisa.

viernes, 26 de agosto de 2016

El Tizón de la Nobleza Española

Se conoce popularmente por el título de "El Tizón de la Nobleza Española o máculas y sambenitos de sus linajes" a un curioso memorial escrito por el Cardenal Francisco de Mendoza y Bobadilla y dirigido al rey Felipe II en el año 1560.

Francisco de Mendoza y Bobadilla
El Cardenal Francisco de Mendoza y Bobadilla
Se trata de un documento similar en idea y propósito al Libro Verde de Aragón, que ya tratamos en una entrada anterior en este blog, solo que en este caso, el objeto de estudio e investigación son los linajes castellanos.

Al contrario de lo que ocurre en el caso mencionado, su autor no sólamente es conocido, sino que se trata de un personaje muy notorio y cultivado, nada menos que el Obispo de Burgos de aquel momento, Doctor en Teología y Letras por la Universidad de Salamanca, Catedrático en las Universidades de Évora y Coimbra, Obispo que fue también de Coria, Arzobispo de Valencia y Cardenal del Sacro Colegio Romano.

En cuanto a su origen familiar, el Cardenal era hijo del Marqués de Cañete y montero mayor de Castilla, D. Diego Hurtado de Mendoza, nombrado posteriormente virrey de Galicia y de Navarra, y de Dª Isabel de Cabrera y Bobadilla, sexta hija de los Marqueses de Moya y primeros Señores de Chinchón, y sobrino del Obispo de Salamanca, Francisco de Bobadilla.

Pues bien, pese a su extenso pedigrí, el señor Cardenal tuvo un tropiezo muy desagradable, que él vivió como una ofensa a su linaje en la persona de su sobrino, Diego Fernandez de Cabrera y Bobadilla, III Conde de Chinchón. Dicho sobrino fue rechazado por un tribunal de Ordenes Militares en su pretensión de que le fuera concedido el hábito, por el motivo de no haberse acreditado debidamente la pureza de su sangre.

No consta la naturaleza de la mancha que causó este rechazo, pero sí la respuesta del Cardenal, que no pudo ser más contundente. Decidido a tirar de la manta (nunca mejor dicho), elaboró el citado Memorial bajo el epígrafe:
Memorial que Don Francisco de Mendoza dió al rey Phelipe II. En él se ven las horribles manchas con que la mayor parte de las Casas de España están contaminadas
Si recorremos la lista de nombres mencionados en el libro nos sorprenderemos tremendamente: Portocarrero, Pacheco, Álvarez de Toledo,... las estirpes del más rancio abolengo, resultaban, según las investigaciones del Cardenal, tener algún antepasado judeoconverso en la mayoría de los casos, aunque también morisco o plebeyo de la más baja extracción social. En uno de sus capítulos se relacionan incluso los problemas habidos con la Inquisición por determinados miembros de dichas familias.

Edición de 1880 de la Editorial La Selecta
A través de la descendencia y los matrimonios concertados, a partir de unas pocas de estas familias principales la "mancha" se extiende a la gran mayoría de las casas de la nobleza, que son puntualmente relacionadas en el Memorial: los condados de Benavente, de Aranda,  de Medellín, de Alcaudete, de Luna, de Oropesa; los ducados del Infantado, de Alba, de Feria, de Alburquerque, de Medina-Sidonia, de Medinacelli; los marquesados de Villafranca, de La Guardia, de Priego, de Viana, de Gibraleón, de Mondéjar, de Comares, de Ayamonte.... por nombrar algunos de los más insignes.

El escándalo fue mayúsculo. El rey, presionado por la nobleza en bloque que calificaba el documento como difamatorio y exigía satisfacciones públicas y acciones contra su autor, pidió una investigación a fondo del asunto. Pero no es nada fácil encausar a un Cardenal que goza del amparo de la Santa Inquisición, y que para colmo no dice falsedades. Lo único que pudo hacer la autoridad real fue archivar el Memorial de forma discreta y vergonzante, dando pábulo a su difusión clandestina.

Y el documento no sólo ha sido reeditado y conservado hasta nuestros días, sino que incluso existe una  versión libre en pdf cuyo enlace os dejo aquí por si queréis echarle un vistazo. El documento es cuando menos curiosísimo, no tiene desperdicio.

martes, 23 de agosto de 2016

El Libro Verde de Aragón

El libro Verde de Aragón es un curioso manuscrito anónimo de 1507, aunque el desconocido autor se atribuye a sí mismo el cargo de asesor del Tribunal de la Santa Inquisición, y está escrito con el propósito de:
"...hazer este sumario por dar luz a los que tuvieran voluntad de no mezclar su limpieza con ellos que sepa de qué generaciones de judíos descienden los siguientes, por que la expulsión general dellos fecha en España en el año 1492 no quite de la memoria lo que fuesen sus parientes ..."

Se trata de un índice o censo de las principales familias judeoconversas aragonesas, que en su mayoría tomaron el bautismo después de las predicaciones de Vicente Ferrer y de la Disputa de Tortosa. El nombre de Libro Verde parece provenir del hecho de que los condenados por la Inquisición portaban en sus manos velas de este color en los autos de fe.

Al comienzo del manuscrito se reseña que fue escrito en Belchite por un tal Anchias, notario de la Inquisición, pero los estudiosos del tema no se ponen de acuerdo en reconocerle la autoría, ya que se señala a sí mismo como notario del secreto, cargo que se sabe que ocupaba por otros documentos de la época, y que no implica que fuera un documento original de su creación.

La aparición de esta obra causó una terrible conmoción en la sociedad aragonesa de la época por la que circuló con notable difusión durante todo el siglo XVI. En él se ponía en claro la procedencia de gran número de familias linajudas del reino en una época en la que estaban vigentes los restrictivos Estatutos de pureza de sangre, normas que prohibían, al menos en teoría, el acceso de judeoconversos y moriscos a altos cargos de la nobleza, el clero y la administración del reino.

De un día para otro se vieron señalados destacadas personalidades de los más altos estamentos sociales. La ascendencia hebrea era muy conocida en algunos casos, como ocurría con las familias Zaporta, Oller,  o Caballería, pero no así en otros, ya que además de la conversión, se había tenido la precaución de cambiar de ciudad e incluso de provincia, precisamente para evitar el seguimiento de su "estirpe manchada". La hipocresía de los altos estamentos del Estado se vió al descubierto, y con ello un  gran número de personas influyentes quedaron expuestas.

El revuelo fue tremendo, y los afectados no se quedaron cruzados de brazos. En 1601, el libro fue objeto de examen por altas instancias de la Corona de Aragón y declarado difamatorio. En 1620 el Tribunal de la Inquisición prohibe y castiga su lectura. Se produce una recogida general de ejemplares, que son quemados publicamente en la Plaza del Mercado de Zaragoza en 1622 con el beneplácito del rey Felipe III, quien lo declara proscrito en una Real Pragmática al año siguiente, dándose así por terminado oficialmente el incidente.

Debido a esta persecución, han sobrevivido hasta nuestros días escasos ejemplares del libro. En ellos se aprecian añadidos posteriores a la fecha del documento original, no siempre coincidentes entre sí, lo que hace pensar que el manuscrito original iba evolucionando conforme era difundido por el territorio, con datos actualizados. Se pueden encontrar, por ejemplo, capitulaciones matrimoniales de fecha tardía en las que alguno de los contrayentes (siempre personas prominentes) figura como descendiente de conversos.

Por si alguien tiene interés en rastrear linajes, se puede adquirir el Libro Verde de Aragón on-line, en Librería y Hebraica, en una versión sinóptica de cuatro de los manuscritos salvados que se encuentran, dos de ellos en la Biblioteca Nacional de Madrid, otro en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, y otro en la Biblioteca Colombina de Sevilla.